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A descongelar, y con urgencia, las plantas de personal

Voy a iniciar hablando de los polos ubicados en los extremos de la geografía, porque estamos enterados que cada día pierden su fortaleza glacial, como consecuencia irremediable de las transformaciones atmosféricas, dejando en evidencia a peritos, indiferentes o expertos en la materia, que las muestras irrefutables de esos sólidos témpanos de hielo, en otras épocas, se vienen derritiendo, generando la pérdida de gelidez en una inminente realidad climática, incluso, se desintegran los nevados con o sin argumentos de cualquier ambientalista que pretenda controvertir este tema.

Del breve comentario y por principio, definitivamente lo único que prevalece es el cambio. De análoga manera y producto del desprendimiento anterior, el calentamiento global también es un hecho irrefutable de mutación que amenaza con una muerte de espanto.

Todo evoluciona y para mayor claridad, haciendo un parangón, desde la misma alteración social, democracias o dictaduras pasan de moda, ocurre con los movimientos imperiales, del capitalismo al socialismo y viceversa; en la síntesis, no hay patrones sobrenaturales ni humanos que permanezcan en el tiempo, a excepción, claro está, del tema que ahora traigo en mención: El caprichoso y desatendido descongelamiento de las plantas de personal en el MEN, para docentes y administrativos, especialmente en estos últimos tiempos, y hablo de los funcionarios que en las instituciones educativas cumplen con el apoyo a los servicios generales, aseo, limpieza, porteros, celadores y hasta vigilantes, muy imprescindibles en épocas de tanta inseguridad.

Pero vamos en orden. En primera instancia, algo sucedió después de la pandemia con los aprendices virtuales; es posible que los educandos se aburrieran de estar en casa recibiendo clases a distancia, muchos sin los medios tecnológicos adecuados, falta de computadores, redes, plataformas, celulares de baja calidad y al regreso, con el afán de los encuentros, la total frustración. Transcurridos dos años de ausencias, las expectativas solo quedaron en pobres paliativos entre saludos y abrazos, porque las carencias se declararon divorciadas con las oportunidades y cesaron distanciadas de las tareas pedagógicas, que los obligó a los abandonos.

Así, en el presente calendario la deserción, a nivel nacional, fue notoria y los colegios permanecieron esperando cobertura que lamentablemente no llegó; probablemente los jovencitos que están enajenados con el vicio a las prácticas del dedo pulgar en sus aparatos de alta gama y al internet, otro cáncer que mal usado conduce a la adicción cual pioneros a una generación de idiotas útiles, ya lo decía Einstein, en fin, los usuarios crónicos al consumismo decidieron tomar caminos distintos al que les ofrece el estado.

Entonces, con los pupitres vacíos, puesto que los adolescentes deben estar en los templos culturales, más no en las calles, la orden perentoria e impositiva se dio en reducir maestros, debido a que la relación alumno-docente, según las normas y crueles estadísticas, lo determinan de este modo; un más por menos. Siguiendo directrices la entidad municipal o regional va llamando rectores a rendir cuentas y estos a su vez a difundir el terrorismo psicológico con anuncios de movimientos, reajustes de carga laboral y traslados como castigo a hechos socio- ambientales de los que no somos culpables.

Ante la citación con amenazas de sumas y restas, nos dejan indispuestos a pelear entre colegas, antiguos enfrentados a nóveles profesionales; se genera la pregunta, obvia y venenosa que, si los escogidos a permanecer son por perfiles, desconociendo desempeño y desmotivando a los recién llegados, algunos que vienen con pantaneras y el overol bien puesto para botarla toda en las aulas de clase, pero perseguidos por el "karma" de ser los más débiles ante los reclamos.

Tremendo problema a resolver para el directivo docente que, para cumplirle al inmediato superior, se gana suficientes enemigos por las injusticias de un sistema que busca culturizar a los montones con el mínimo recurso.

De otra parte, y cuantificando una segunda complicación, tal vez desde la primera nómina que ordenó el padre patrio Santander, para atender las siembras de ladrillos repletos de estudiantes, profesores y familias enteras que exigen el derecho a la educación, insisto, por la edad del siglo pasado hasta la fecha, no se han descongelado las plantas de personal y los colegios no tienen quienes atiendan las necesidades más sentidas: seguridad, higiene, prevención, salud y diversos menesteres, muy importantes para crear un excelente ambiente escolar. En este contexto, las instituciones cargadas de indigencias, atiborradas de múltiples penurias, terminarán convertidas en bombas de tiempo, como pequeñas repúblicas o islas, sobreviviendo al vaivén de los vientos, resultado de la desorganización que han venido incubando los modelos políticos dados a privilegiar reducidos colectivos y a proteger los mezquinos intereses de mañosos gobiernos.

Para ir cerrando y a manera de conclusión, los polos siguen disputándose su autonomía a la contienda climática; el calentamiento global conmina a través de la canícula pretendiendo transformarnos en desiertos y luego, hechos carbón, pasaremos con tiquete gratis al fosforescente hotel del infierno. Al final, una moraleja, los únicos invitados a permanecer erguidos en este y otros universos posibles, serán los que acepten los cambios, porque, por recios, los imperios les llega su decadencia; pero, en la ironía, quién lo creyera, quizá buscando el premio nobel a la apatía y al desinterés, el Ministerio de la Academia, promotor a incentivar el amor por las vocales y los abecedarios se niegan a reconocer que en las casas grandes de la ciencia y el saber, las innovaciones tecnológicas y la subliminal humanística, en donde hay verdadera pasión por hacer mejor lo que estamos haciendo bien, estamos instruyendo a los hombres del futuro y allí también la tierra es fértil de cara a construir país . Reiteramos como súplica: Se solicita a gritos y con suma urgencia, ampliar las plantas de personal administrativo, para evitar pandemias que alteren los olimpos del conocimiento en focos de contaminación y nunca se bifurquen los objetivos misionales edificando escuelas de formación al virus de la delincuencia. Dejamos Constancia.