Síganos en nuestras redes:          


Álvaro Ibarra Un poema entresacado de las páginas de Morada al Sur.

Se podría parodiar la incesante vida de Álvaro Ibarra con los versos de su gigantesco paisano, Aurelio Arturo, cuando dijo,

Trabajar era bueno, en el sur
cortar los árboles, hacer canoas de los troncos.
Ir por los ríos en el sur, decir canciones era bueno.
Trabajar entre ricas ...


Y así fue efectivamente la vida de Álvaro Ibarra, más de medio siglo trabajando sin descanso, hasta que este año de 2022 murió el extraordinario maestro nariñense, se lo llevó la parca de manera inusitada.

Álvaro Ibarra dedicó su sabiduría, su enjundia y su vida entera al servicio de los maestros y los trabajadores de Colombia y del departamento de Nariño. Su compromiso, al decir de Antonio Machado, fue un camino, un verdadero camino que es un trillo y el agua elocuente.

Caminante no hay camino.

Desde muy joven supo que, así como su profesión era la de enseñar su compromiso era el de defender la soberanía nacional y la educación pública nacional, científica y democrática. Por ello siempre lo vieron sin claudicación alguna estar presto al llamado de Simana, Fecode y la Cut, bien fuera para defender un derecho como para acometer una conquista laboral o hacer un reclamo que favoreciera las condiciones de vida a que están sometidos la mayoría de los colombianos.

Dos grandes dirigentes del magisterio colombiano, José Fernando Ocampo y Raúl Arroyave fueron sus mentores en las batallas que se dieron contra sucesivos gobiernos neoliberales. Álvaro fue miembro del Moir, del Polo y de Dignidad, manteniendo su pensamiento y forma de actuar.

Sostuvo la necesidad de que los sindicatos, Fecode y la Cut mantengan su independencia y autonomía frente al Estado, el patrón, los partidos y las religiones. De temperamento amable y gran sentido del humor daba los debates en el seno del movimiento sindical con compañerismo y fraternidad.

Álvaro había nacido el 28 de octubre de 1962, hizo sus estudios primarios en el Colegio Santo Domingo Sabio de Túquerres, los secundarios en el Colegio San Luis Gonzaga y los universitarios, una licenciatura en química y biología y una especialización en informática y telemática. De Álvaro se puede decir con la más rigorosa justeza:

Más los que no volvieron, viven más hondamente, los muertos viven en nuestras canciones.