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Con la artística, lo estético y la lúdica, por ahí es el camino.

¿A quién diantres le imploramos ayuda para enaltecer y masificar la creación artística en las instituciones educativas, desde luego fomentar la sensibilidad estética de inquietos e inspiradores soñadores de lo más sublime en este país del Sagrado Corazón? De mi parte ya le he pedido la contribución a los cielos, pero parece que el hacedor de voluntades está muy ocupado buscando cómo intervenir para aquietar los conflictos por allá y por acá donde no quiere cesar la violencia, o le dejó la responsabilidad a los gobiernos, Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, a ver si de una buena vez se concientizan todos, que la mejor estrategia para cambiar y tener una sana y renovada juventud, ocupada, divertida, atlética y festiva, diferente a la actual sociedad materialista, enajenada, posesiva, dispuesta exclusivamente al consumismo y mercantilista de lo superficial, está en fortalecer en esta novel generación los hábitos de la lectura, despertar el interés por las bellas artes, educar el oído para la melodía, intentar escribir en la poética, lo narrativo, cantar, esculpir, bailar, actuar ahí, en el propio templo de la unidad familiar, en colegios y universidades que indiscutiblemente son los olimpos al desarrollo académico, corporal y espacios que se mantienen de puertas abiertas a la interpretación del universo con su mundo de fantasías, dejando que fluya el pensamiento crítico a través dichas prácticas, lo que exige seriamente inversión y suficiente voluntad política para edificar una nueva muchachada de hombres dispuestos a la recreación de los espíritus, dados a la integración y dispuestos a fabricar excelentes querencias que conduzcan al paraíso de la felicidad.

Pero no, en la práctica de lo peticionado sólo montañas de papel sobre la norma que se quedan por ahí volando con los vientos de agosto, refrescando burlescas intenciones y nada más. Los pregoneros de turno hacen la tarea para la propaganda del momento con ramplones discursos, donde supuestamente apuntan a mejorar los ambientes y únicamente terminan siendo simples charlatanes, porque de evidencias con material y elementos que contribuyan a promocionar los famosos talentos excepcionales, músicos, escritores, cantantes, atletas, pintores, escultores, teatreros, en fin, toda esa gama de aviadores, reitero, lo requerido no entra a las instituciones por ningún rubro.

Quienes realmente logran cruzar el charco de las oportunidades para el éxito, milagrosamente lo alcanzan, gran parte de los sobresalientes, se da por innatismo y se hacen por sus propios medios como generación espontánea y para el ejemplo, Cochise, Pambelé, Víctor Julio Ayala, Arenas Betancourt, Jorge Veloza, entre otros y de los que luego, lagartos y aprovechados, se les cuelgan para la foto que les renta dividendos en la siguiente campaña electoral. A pesar de estos sufridos esfuerzos, quien lo creyera, y lo digo con fundamento de causa, porque soy testigo presencial, a los estudiantes, pequeños y grandes, de todos los colores y diversas nacionalidades, les encantan estas prácticas lúdico-recreativas, culturales y académicas.

Muy en serio, esta variedad de opciones expuestas si dan resultados; hay que buscarle, desde los principios, formas y estrategias propositivas que cautiven a los niños y jóvenes para encausarlos por los caminos de la rectitud, evitándoles bifurcaciones torcidas y ambiciones malévolas, siempre y cuando, reitero, junto al deber, del saber y del hacer, se remitieran oportunamente dotaciones de material actualizado para las bibliotecas, laboratorios, campos deportivos, instrumentos musicales y todo lo concerniente a variantes propositivas que entregan los ánimos y contribuyan a una sana salud mental.

Pensando desde la utopía, porque cuando se logra conmover para el espectáculo se endiosa con sábanas de aplausos, pero al instante que pasa el alboroto y embeleco, se vuelve al folclórico paisaje desde los imaginarios y todo sigue igual, sin obtener respuestas que consoliden resultados.

Sin apasionamientos ideológicos ni deseos de tomar partido por nadie, pero en sus mejores tiempos los vecinos nuestros, aquí en las goteras fronterizas, en la Patria de Bolívar, sí invirtieron en lo que para este territorio nacional es esquivo y sólo se riegan semillas de egoísmo, envidia y agresiones que fácilmente sobrepasan las barreras de la pésima crítica, y es que en este último punto sí que superamos a cualquiera.

Volviendo al cuento de los inmigrantes, esos "chamitos" que ya están incorporados a una sola cobertura en nuestro sistema educativo, muchos de ellos vuelan con sus destrezas en la comunicación, son leídos, buenos oradores, cantantes, adelantados en la oratoria, interpretes, les encanta el teatro, la figuración, tocan instrumentos musicales de cuerda, viento, percusión, pintan y la razón de éstas bondades estriba en los gobiernos que le aportaron en lo que aquí disque es una perdedera de tiempo y hasta malversación de recursos.

Entonces de retorno a mis inicios en este breve comentario, sigo clamándoles a los santos a ver si en la actualidad, con estas nuevas atmosferas de cambio se mira hacia el interior, buscando organizar una gran campaña, autónoma y con orquesta nacional para, sin carnaval "vivir sabroso", así le restamos tiempo al ocio de los jóvenes que quieren levantarse ricos de la noche a la mañana, acudiendo al facilismo, sin proyectar con sacrificio su futuro; y es que es un compromiso entre todos, el de erradicar los odios pero con propuestas innovadoras y no alimentando el continuismo malsano de la vieja casta política que se ha querido perpetuar en el poder defendiendo sus cochinos intereses, creyéndose ser los padres de las libertades, esa oscura sombra de concebir la democracia sólo para ellos.

Claro que, pensándolo bien sobre el tema que planteo, objetiva y seriamente en todo esto hay más de un responsable por lo que las cosas no funcionan. Algunos con alma de esclavos, partiendo de directivos docentes, educadores y hasta las organizaciones sindicales: Rectores respondiendo como borregos, compitiendo con las estadísticas que son crueles, aparentando ser los mejores, aplicados en el cumplimiento de las exigencias, detrás del aplauso y el reconocimiento para figurar en los listados donde se condecoran a los más "lambones", esos que llegan por las matemáticas, que no en la integridad.

Bueno y no me adentro más en las profundidades del problema en mención, porque me pueden encontrar más adelante aguas abajo; es más, cuando no hay visión, misión y bagaje cultural, ni gusto por los aprendizajes inspiradores, como lo dice la Biblia, el Corán, el Popol Vuh y la misma sabiduría popular, "no se le pueden pedir peras al olmo" y para la muestra un botón desde lo oficial:

¿Les han nombrado a todas las instituciones maestros con el perfil profesional para enseñar, motivar e incentivar la educación artística y estética, siendo un área obligatoria como figura en el pensum académico?; ¿Hay instructores de planta para apoyar las bellas artes, la danza, el teatro, escultura, educar al buen gusto por la música? Por ahí alguito se rescata en el deporte con los "profes" de educación física, en buena parte, ya con el cansancio de los años, rezagados por la velocidad de la tecnología y también, hay que decirlo, amarrados de pies y manos, sin material suficiente para que puedan hacer grandes maravillas; pero, en la síntesis, estas no son épocas ni excusas para fomentar el pesimismo.

Con la fe del carbonero y la paciencia del sabio Job, de seguro que vendrán tiempos mejores en lo subliminal, al movimiento, el ritmo y para esa hermosa actividad, lúdica, recreativa, atlética, académica, dinámica y divina acción que le llamamos VIDA. Aunque nosotros, los pedagogos, ahora y hasta siempre estaremos abrigando la esperanza en que esto, en cualquier momento tiene que cambiar, porque la perseverancia es la mejor manera de vencer.